lunes, 21 de abril de 2014

Esto empieza a ser una locura...

Mi madre volvió de su viaje y ya venía preparada: calcetines, pantalones cortos, camisetas, baberos... El único disgusto que tenía es que no sabía el sexo del bebé por lo que no podía orientarse en el color...y las cosas blancas son taaaan sosas...como si no existiese el amarillo, el verde, el malva...y de repente empezó a calcetar como una loca. Si el dueño de un taller clandestino supiese de su existencia, la habría fichado y habría despedido a sus "empleados" porque en lugar de puntos de calceta por minuto, en el caso de mi madre se contaban por vueltas... Es una excelente modista, pero la calceta no es lo suyo...Tanto mi hermana como yo, le decimos muchas veces: mamá, calcetas "apretao". Debe de ponerse nerviosa o algo ya que entre un punto y otro no pasa el aire. Además ella va por libre, no quiere seguir las indicaciones de las revistas porque " son un rollo", entonces improvisa. En la mayoría de los casos, la talla es más apropiada para la Nancy que para un recién nacido y si por casualidad la talla coincide, el cuello será tan pequeño que al intentar ponérselo al bebé, este creerá que de nuevo está atravesando el canal del parto... Mamá, que eres magnífica, pero la calceta no es lo tuyo...
Al final, aún no había terminado el primer trimestre de embarazo y ya tenía un surtido de trajecitos de lana esperando a ser puestos. Eso si, todos compuestos por chaqueta, pantalón, patucos y gorro del mismo color. El modelo malva, el azulón, el azúl claro con raya blanca, el amarillo...cada uno de un punto distinto, punto de arroz, del derecho, del revés, punto inglés, de ochos...Un surtido que ya quisieran para sí los de Cuétara...
Tuve que decirle que hasta nuevo aviso no calcetase más, que una vez que supiésemos lo que era, que ya se desahogaría y por una vez...¡me hizo caso!. A partir de ese momento empezó a bordar sábanas para cuna, para el capazo, un saquito para el invierno...eso sí, en azul y amarillo, que "vale para todo". La verdad que ahí...si que no hay nada que objetar, en su terreno nadie le gana...como mucho, empatan.
Mi pseudo-suegra es más de comprarlo hecho y también se puso manos a la obra: pijamas, patucos, calcetines, toallas...En fin, que no había niño, pero ajuar ya tenía un poco...
Mi hermana desempolvó toooodas las cosas que había guardado de mi sobrino...porque en mi familia somos de la máxima "el que guarda siempre tiene" así que entre lo calcetado, bordado, comprado y heredado nos dimos cuenta de que a ese paso íbamos a tener que mudarnos a una casa más grande, o con más armarios, o con más trasteros...
Y como ya he dicho...eso sólo en los primeros meses...

domingo, 20 de abril de 2014

Vais a ser abuelos...¿ah si? ¿y de quién?

Hicimos un pacto y quedamos en que a los futuros abuelos se lo diríamos una semana más tarde por eso de darnos tiempo a asimilar el tema. La verdad es que sí habíamos hablado de tener hijos, pero yo creía que estas cosas no ocurren tan rápido. Para nosotros, por suerte, sí.
Al fin de semana siguiente nos fuimos a ver a los "pseudo-suegros" (mote cariñoso por cuestiones meramente legales...ya que también tengo un "pseudo-marido").
Nada más llegar como respuesta a la clásica pregunta de "bueno, ¿y qué tal? nos entró la risita tonta y fue un cruce de estos de "díselo tú, no díselo tú, no, venga tú" y claro, viendo que el "cobardica" (con todo el cariño, porque va a leer este post en dos minutos...) no se arrancaba pues me solté: "Es que vais a ser abuelos". Unos segundos de caras de estupefacción porque no se imaginaban la noticia ni de leguas (antes se esperarían que nos fuésemos a una isla confinada en el culo del mapa) y una estupenda reacción a la noticia, venga ración de besos y abrazos, que si qué bien, que cuanta alegría, qué maravilla, y para cuando... y vamos a celebrarlo y qué tal te encuentras...y a ver si es niño, o a ver si es niña, o qué más da, que el caso es que sea sanito... Y así transcurrió el fin de semana.
El domingo, volviendo a casa, le dije al pseudo-marido que tenía que avisar a mis padres, porque oye, ya se lo hemos dicho a los tuyos y no vaya a ser...
El caso es que mis padres estaban de viaje. Desde que se han jubilado (antes también pero con menor disponibilidad) no paran y en cuanto llegan de un viaje empiezan a pensar en el siguiente. El destino por excelencia es Canarias pero hay otras opciones a veces y el ajetreo de Willy Fog me impide recordar con exactitud en qué punto de España están. Mi madre lo recuerda seguro.
Mamá, ¿qué tal? bien, pues por aquí, con calor (mes de Febrero y yo muertica de frío) ¡ah! muy bien ¿y Papá? Tu padre viendo fútbol, fuimos a dar una vuelta y tal y tal... Mamá, mira, que vais a ser abuelos otra vez (mis padres ya tienen otro nieto) y dice: "¿ah si?¿y de quién? pues mira, no sabemos aún como se va a llamar y no sabemos si es niño o niña. Ahí le empezó a temblar la voz y me dice: ¡Ah! vosotros, bueno muy bien (tiene tres hijos por lo que había más posibilidades), Antonio, vas a ser abuelo, tu hija la pequeña, sí está embarazada (mi padre no debió de decir nada, porque con el vozarrón qué tiene se le oiría) bueno, pues ¿qué tal?, ¿estás bien? y me lo dices así por teléfono, ya te vale.
El estado de nerviosismo de mi madre era evidente por varias razones... no me llamó "Mona" cuando la vacilé un poco al momento de darle la noticia, creyó que la llamaba para decirle que alguno de mis hermanos era el que la iba a hacer abuela y se mosqueó porque se lo conté por teléfono.
Mamá ¡por dios! ¿como voy a llamar yo para decirte que es otra la que está embarazada? y además mamá...como te lo voy a decir si estás a no se cuantos kilómetros de distancia y comprenderás que no me voy a coger un avión para ir a verte...
Al colgar el teléfono le comenté al pseudo-marido que había que decírselo a mis hermanos antes de que mi madre se pusiese a dar la noticia...y eso que la avisé y le dije que no lo comentase porque era muy pronto.
Llegamos a casa y llamé a mi hermana y como estaba ocupada se lo solté a mi cuñado, que empezó a dar botes de alegría con mi sobrino.
Mi cuñada ( a mi hermano paso de llamarlo porque siempre tiene el teléfono apagado o no contesta) se alegró un montón, mi hermano farfulló algo como "qué bien" y siguió viendo la tele. No lo se, pero me lo imagino porque es lo que hace siempre.
Tiempo después me enteré de que al momento, después de llamarles yo, les llamó mi madre para "retuitear" la noticia. Por si no se habían enterado. Menos mal que la avisé y le dije " no lo comentes, que todavía es muy pronto". Madres que "retuitean"...


sábado, 19 de abril de 2014

Estamos "embarazados"

Vida tranquila, en un pueblo tranquilo, con una pareja tranquila y un trabajo de todo, menos tranquilo. Un día decides hacerte un test de embarazo, porque aunque no eres puntual como el reloj de la Puerta del Sol la cosa empieza a tener mala pinta...o buena, quién sabe...
La vida, y principalmente la tele, te ha metido en la cabeza que ese momento, si llega, será fantástico y maravilloso, sonará una musiquita especial, casi angelical, y le dirás al futuro padre con una pancarta en un estadio, o en una romántica cena a la luz de las velas, o en un viaje de ensueño viendo un atardecer de película, que estás embarazada y que en breve, en menos de lo que él piensa, vuestras vidas, pero sobre todo la  tuya van a cambiar y que de camino viene un bebé que viene a colmar vuestra felicidad... pero la realidad es bien distinta, al menos la mía y en lugar de ser un idílico momento...decides comprobar si estás embarazada cuando él, a última hora decide bajar a tirar la basura y darse una vuelta. Te haces la prueba y cuando miras, el "cacharrito" en cuestión dice que no, que te has librado, que quizás en otra ocasión, pero cuando estás a punto de tirarlo en lugar de una rayita aparecen dos y empiezas a ponerte nerviosa y mirar varias veces las instrucciones de la bola de cristal que tienes en las manos. Cuando llega el futuro papá le dices entre sollozos " es que estoy embarazada" y te pones a llorar desconsoladamente. Luego, después de un tierno abrazo, cenas y te vas a trabajar completamente absorta con tu nuevo estado y sin enterarte demasiado de lo que ocurre a tu alrededor... A asimilarlo toca.
Una vez que la matrona certifica que estas embarazada y te concierta más citas para los proximos 8 meses que a un ministro es hora de dar el siguiente paso : decírselo a los abuelos. Eso merece otro post.

El porqué de "Hormoneando"

Lo confieso: me gusta escribir.
No me han psicoanalizado todavía pero creo que es una respuesta a la necesidad imperiosa de hablar y una no puede estar hablando todo el tiempo porque la gente se cansa de escucharte. Además, físicamente es agotador.
Creo que como no puedo hablar en todo momento pues necesito escribir. No es que crea que el mundo merezca leer lo que se me pasa por la cabeza porque sea o no muy interesante, es que necesito una vía de escape.
Hace unos seis meses fui mamá por primera vez. Ya antes del feliz acontecimiento (después también...) mi cuerpo y mi mente, me imagino que como el de cualquier mujer que haya pasado por una experiencia semejante, están revolucionados y sufren una rebelión difícil de controlar.
Blogs de maternidad hay un montón y si os digo la verdad, apenas sigo ninguno, salvo el de Fátima Casaseca "mamaenalemania.blogspot.com" que empecé a leer tras escuchar una intervención suya en la radio. No pretendo emular a nadie ni centrar el contenido en torno a la maternidad, tampoco pretendo que esto lo lea mucha gente ni abanderar ninguna lista de los blogs más visitados...
El nombre se debe precisamente a esa "revolución hormonal" que me acompaña desde hace un año.
Esta mañana, hablando con mi amiga Isabel, que recientemente ha sido mamá, de una maravillosa y fantástica niña le dije: "cualquier día escribo un blog", en relación a las aventuras y avatares del nuevo estado en el que me encuentro y que tengo en común con ella, e Isabel, con esa gracia andaluza con la que habla y escribe (la conversación fue a través de un sistema de mensajería instantánea) me dijo: "Deseandito de leerlo". Pues ahí lo tienes chiquilla, este capítulo "va por usted".